¿ TSUNAMI O MEGASTSUNAMI ????
Desde el domingo ando con la duda y hoy he salido de ella, ya que el concepto de tsunami lo tengo asociado a terremotos y que tienen su origen en el fondo del mar cada vez que se desplazan las placas tectónicas que son las que sostienen a los continentes, es por esta idea que no asocio lo sucedido en Aysen con este concepto, pero oh error, si corresponde a un tsunami, más bien un Megatsunami y que corresponde al 10% de estos tipos de fenómenos naturales, el 90% restante están bajo el concepto que manejaba, así que finalmente, como todo en la vida, he descubierto que las erupciones volcánicas, meteoritos, explosiones y como en en el caso de Aysen, un deslizamiento de tierra es capaz de generar un tsunami, el que puede ser mucho más grave que uno con origen bajo el mar.
Acá va un extracto sacado de wikimedia para ustedes…
Fuente: wipimedia.com
Un tsunami (del japonés tsu: puerto o bahía y nami: ola. Literalmente significa gran ola en el puerto) o maremoto es una ola o un grupo de olas de gran energía que se producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua.
Se calcula que el 90% de ellas son provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre, más preciso, de tsunamis tectónicos. La energía de una tsunami depende de su altura (amplitud de la onda) y velocidad. La energía total descargada sobre una zona costera también dependerá de la cantidad de picos que lleve el tren de ondas (en el reciente tsunami del índico hubo 7 picos). Este tipo de olas remueven una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales producidas por el viento. Un tsunami tectónico producido en un fondo oceánico de 5 km de profundidad removerá toda la columna de agua desde el fondo hasta la superficie. El desplazamiento vertical puede ser tan solo de centímetros pero si se produce a la suficiente profundidad la velocidad será muy alta y la energía transmitida a la onda será enorme. Aun así, en alta mar la ola pasa casi desapercibida ya que queda camuflada entre las olas superficiales. Sin embargo, destacan en la quietud del fondo marino, el cual se agita en toda su profundidad.
La zona más afectada por este tipo de fenómenos es el Océano Pacífico debido a que en él se encuentra la zona más activa del planeta, el cinturón de fuego. Por ello, es el único océano con un sistema de alertas verdaderamente eficaz.
Existen otros mecanismos generadores menos corrientes que también pueden producirlos como erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra, meteoritos o explosiones submarinas. Estos fenómenos pueden producir olas enormes, mucho más altas que las de las tsunamis corrientes. Ese tipo de tsunamis son las llamadas Megatsunamis aunque este término no es científico, puede usarse de forma poco rigurosa para referirse a las tsunamis generadas por causas no tectónicas. De todas estas causas alternativas la más común es la de los deslizamientos de tierra producidos por erupciones volcánicas explosivas que pueden hundir islas o montañas enteras en el mar en cuestión de segundos. También existe la posibilidad de desprendimientos naturales tanto en superficie como bajo ella. Este tipo de tsunamis tiene diferencias bastante drásticas con las tsunamis tectónicas.
En primer lugar la cantidad de energía que interviene. Está el terremoto del Océano Índico de 2004 con una energía desarrollada de unos 32.000 MT. Solo una pequeña fracción de ésta se traspasará a la tsunami. Por el contrario, un ejemplo clásico de megatsunami sería la explosión del volcán Krakatoa cuya erupción generó una energía de 300 MT. Sin embargo, se midió una altitud en las olas de hasta 50 m muy superior a la de las medidas por las tsunamis del Océano Índico. La razón de estas diferencias estriba en varios factores. Por una parte el mayor rendimiento en la generación de las olas por parte de este tipo de fenómenos, menos energéticos pero que transmiten gran parte de su energía al mar. En un seísmo la mayor parte de la energía se invierte en mover las placas. Pero aun así, la energía de las tsunamis tectónicas sigue siendo mucho mayor que la de las megatsunamis. Otra de las causas es el hecho de que una tsunami tectónica distribuye su energía a lo largo de una superficie de agua mucho mayor mientras que las megatsunamis parten de un suceso muy puntual y localizado. En muchos casos, las megatsunamis también sufren una mayor dispersión geométrica debido justamente a la extrema localización del fenómeno. Además suelen producirse en aguas relativamente poco profundas de la plataforma continental. El resultado, es una ola con mucha energía en amplitud superficial pero de poca profundidad y menor velocidad. Este tipo de fenómenos es increíblemente destructivo en las costas cercanas al desastre pero se diluye con rapidez. Esa disipación de la energía no solo se da por una mayor dispersión geométrica sino también porque no suelen ser olas profundas lo cual conlleva turbulencias entre la parte que oscila y la que no. Eso comporta que su energía disminuya bastante durante el trayecto.